¡Cómo adoro los encuentros casuales con el pasado! Cuando pensaba acerca de qué escribir en este post, me vino a la mente cuánto realmente adoro las botas altas y, navegando sin rumbo por el mar de carpetas que rellenan mi ordenador, me topé de forma casual con unas de las primeras fotos que me tomé. Y mira, llevaba botas. Abrir el baúl de los recuerdos me causó mucha alegría, porque aún recuerdo lo divertido que fue esa sesión de fotos y lo nerviosa que estaba al ser la primera vez posando. Pero, estoy divagando… ¿Adónde iba yo? Ah, sí, el calzado.
Volviendo a la foto que me inspiró estas líneas, os comentaré que uso las botas con minifalda o vestidos, y que prefiero las que cubren la rodilla. Soy de las que creen que no hace falta enseñar demasiados centímetros de piel para lucir un look femenino y sensual. Pero claro, esto variará dependiendo de cada gusto o de cada tipo de cuerpo. Y sí el cuerpo importa, porque dependiendo cuál sea vuestra altura os quedaría mejor unas botas XXL o unas más cortas.
No hace falta enseñar demasiados centímetros de piel para lucir un look femenino y sensual.
Os confesaré: las botas altas son mis preferidas, no sólo porque son cómodas y abrigan en los meses de invierno sino también porque estilizan y nunca pasan de moda. ¡Todo un acierto! Las tengo con o sin tacón, de colores, de diferentes materiales como la gamuza o el cuero. Vamos, que son perfectas para cualquier ocasión y combinan con cualquier outfit. Unos de estos días podría hacer el reportaje fotográfico completo, ¿qué os parece? ¿Os gustaría?
Otra opción para combinar las botas son la apuesta por los leggins o los pantalones de pitillo que al ser adherentes al cuerpo estilizan las piernas. Mis looks preferidos para esta opción son los leggins negros con botas negras o los jeans con botas vaqueras. Pero cuidado con el color de las botas a elegir… Si tenéis las piernas más rellenas evitad los colores claros y apostad por los colores más oscuros que darán un aspecto más delgado. Pues bien, elijáis lo que elijáis, disfrutad de vuestro outfit y recordad que sentirse bien consigo mismo no es una cuestión de moda ni de tallas, es una cuestión de actitud.