¿Quién no se ha sentido fatal tras haber cometido un error? Pues, yo os cuento que sentirme gusano u oruga es mi frase más usada para transmitir lo mal, avergonzada o arrepentida que me siento.
Aún recuerdo una noche de salida con amigos, uno de ellos se quería ir y yo no quería que se fuese porque me gustaba mucho. No sé qué me ocurrió, pero me dejé llevar por mis impulsos, traté de convencerle que se quedara pero la cosa salió muy mal, él no cambiaría de opinión de ninguna forma y yo le terminé ofendiendo. Solté un rosario de palabras desagradables, desde un “lárgate si quieres irte”, hasta cosas más hirientes que para qué mencionar.
¡Oh my god!, al día siguiente tocaban las disculpas y esa parte no era tan fácil. No soy de las orgullosas, todo lo contrario, soy muy valiente para reconocer cuando me equivoco, pero sí soy de las que se les nota en la cara como me siento y eso tampoco mola, porque es evidenciar mi estado gusano. En fin, me disculpé con la mayor franqueza del mundo y agregué que me siento como una gusano. Él preguntó cómo es eso y yo respondí: “arrastrada, babosa, insignificante, fea y todo lo demás que quieras agregar”. Él sólo quitó hierro al asunto y empezamos a reír porque en ese momento me convertí en la gusano más guapa con encanto que había visto.
Recordemos que equivocarse o sentirse en algún momento mal es una condición humana y que todos somos capaces de lograr verlo con otra perspectiva.
Cuando en más de una oportunidad he conversado con mis amigas acerca de mi estado gusano, he obtenido diferentes respuestas, desde “ ya pasará” hasta “venga, no te sientas un bendito gusano”. Pero, eso no ha resuelto mi condición de sentirme mal. ¡Claro que sé que se me pasará! pero en ese momento sigo sintiéndome fatal.
Tras años de ensayo y error, y deseo de entrenar mi mente, me he encontrado con personas inspiradoras. Una de ellas es mi pareja que tras mi estado gusano u oruga me repite: “Emy, recuerda que de las orugas nacen bellas mariposas”. Eso me recuerda que si retrocedo dos es porque avanzaré cuatro, traducido en aprendizaje, fortaleza, conocimiento, experiencia…
Hace poquito un buen amigo, al que también me tocó pedir disculpas, me dijo que los gusanos también miran hacia arriba, vaya reivindicación de gusano me tocó escuchar.
Esto sólo hace que me sorprenda y aplauda la inteligencia emocional y la capacidad que tienen algunas personas de ver las cosas desde lo positivo. Lo más importante es que recordemos que equivocarse o sentirse en algún momento mal es una condición humana y que todos somos capaces de lograr verlo con otra perspectiva. Al final no pasa nada que no se pueda resolver. ¿Tú qué piensas?